EL HUEVO DE LA SERPIENTE

Por Jaime Selser.Lic. En Ciencias de la Comunicación UBA. CONSULTOR Y ANALISTA POLÍTICO.

El huevo de la serpiente (título original: Das Schlangenei/ Ormens ägg) es una película dirigida por Ingmar Bergman en 1977 y ambientada en el Berlín de los años 20. Y describe de forma subliminal la Génesis del fenómeno del nazismo que sacudiría al mundo 20 años después. La transparencia de la cáscara del huevo la de serpiente revela la formación y anticipa el nacimiento de un ser “detestable”. Hay un paralelismo, entre aquello y nuestra realidad. Veamos…
A 50 días del gobierno de Javier Milei, vale aclarar, el único gobierno argentino en los últimos 80 años que no es ni radical ni peronista (el de Macri fue una coalición en la que participó la UCR), ya recibió el primer paro nacional. Y debió retroceder abruptamente en el congreso al retirar el capítulo fiscal (recaudatorio) de la periodísticamente denominada ley ómnibus.
Así el huevo de la serpiente, serían (salvando las distancias, lógicamente) los poderes latentes embrionarios y presentes en la Argentina. Poderes que no se disipan a pesar de que el presidente de la nación hace menos de tres meses obtuvo el 56% de los votos del pueblo.
“La casta”, tal como le gusta al Presidente denostar y descalificar a los políticos, de los cuales, ahora él mismo forma parte, le bajó el pulgar y la falta de consenso entre los gobernadores que son quienes realmente manejan a los diputados nacionales y los senadores, lo obligaron a esa medida para evitar el papelón de que se de una votación negativa de su proyecto.
La pregunta que queda por hacerse y está abierta es si ese mismo huevo de la serpiente le permitirá al presidente tener y contar con la delegación de facultades o lo que se denomina como “superpoderes”, porque de otorgárselos, el capítulo fiscal se cumpliría a decretazo limpio. Vale preguntarse, la bravuconada de los opositores veganos…llegó a su fin?.
Analizándolo desde la lógica pura de la política, está más que claro que al presidente con el 56% de los votos de una elección precisamente presidencial y no legislativa, no le alcanza para llevar adelante sus ideas y su modelo de país. Así las cosas tenemos un presidente que pretende el déficit cero y la eficacia administrativa y la austeridad fiscal. Pero tenemos un país que gobernado principalmente por el peronismo, tiene un sistema económico y político opuesto al 100% respecto de las ideas del mandatario.
Es una situación incomprensible, son realidades irreconciliables.
El presidente desprecia y quiere cerrar el Banco Central, mientras que ese mismo Banco Central que él quiere cerrar, es el que hoy por hoy ordena la política monetaria y disciplina a los bancos y a toda la economía.
Actualmente, la estructura institucional de la nación Argentina, y muchos de los funcionarios que aún no han sido removidos de la gestión kirchnerista, representan la idea de un estado regulador, interventor, empresario, intervencionista, paternalista. Fruto de una visión de que por cada necesidad hay un derecho. Todo ello, conviviendo con un gobierno flamante que pretende un rol totalmente diferente para el estado y un desarrollo distinto para la sociedad.
Así las cosas, la Argentina no enfrenta simplemente el desafío de un cambio político. En este tiempo nuestra amada nación enfrenta una disyuntiva muchísimo más profunda y que solo se disiparán en un proceso de diálogo político, de expresión política del pueblo a través de su voto, y de una profunda vocación de cambiar para recuperar a la Argentina como un faro señero para América latina y el mundo.
No hay dudas de que lo mejor está por venir y que los argentinos ya hemos tocado fondo. Nuestro presente, nuestro futuro, el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos, se juegan en la suerte de la gran Nación Argentina. Al Gran Pueblo Argentino SALUD!!!

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