¿LA VACUNA CONTRA EL COVID-19 PROFUNDIZA LA GRIETA?
Por Mario Clemente – Director Ejecutivo de EMERGER
En Argentina, algunas provincias han comenzado a flexibilizar las actividades, otras están aplanando la curva y en varios países de Europa los nuevos rebrotes han llevado a prohibir la circulación de las personas y el cierre de comercios. Todo esto indica que, más allá de la situación puntual de cada continente, la pandemia está aún lejos de llegar a su fin.
En torno a toda esta situación gira el tema de la vacuna, la cual tiene adeptos y detractores y más aún el origen de la misma abre muchos interrogantes…. ¿Cual será más efectiva? ¿Están lo suficientemente probadas? ¿Debo vacunarme? Estas y muchas más preguntas van y vienen de ambos lados de la grieta.
De lo que si estamos seguros es de que hace tiempo se viene trabajando contra reloj y los ensayos se vienen llevando a cabo en varios países de manera simultánea, y están siendo probadas en las diferentes fases por las que va pasando. Lo principal es conocer a ciencia cierta si la vacuna contra el COVID-19 medirá la seguridad y las respuestas inmunes en los participantes de todo el mundo, en un amplio rango de edad, diversos grupos raciales, étnicos y geográficos.
En paralelo varios laboratorios empezarán en los próximos días con la producción comercial, teniendo en cuenta los avances en los ensayos y la plena confianza de que la vacuna será segura.
¿Pero es la vacuna la única solución? Está claro que hay dos caminos: uno es obtener una vacuna eficaz o vacunas que se puedan producir en cantidades suficientes para inocular a gran parte del mundo. Y el otro es hacer que la población de cada país alcance un nivel de inmunidad colectiva contra el virus, lo que significa que entre el 60% y el 70% de la sociedad haya sido infectada.
Hasta el momento se considera que, en la mayoría de las áreas del mundo, sólo entre el 5% y el 15% de la población ha sido infectada. Por el momento, y hasta que algunos de los dos caminos se completen, la comunidad médica y científica se encuentra trabajando para desarrollar terapias que puedan tratar a pacientes, tanto con casos moderados como severos de COVID-19.
En cuanto a quienes deben ser inmunizados dependerá de cuándo esté disponible la vacuna y para distribuirla deberá evaluarse previamente la población que ha estado expuesta al virus. Si el porcentaje aún es bajo se debe tratar de vacunar al menos al 60% de la población para lograr la inmunidad de rebaño.
Todo parece indicar que, en caso de tener algún candidato exitoso, las primeras vacunas protegerían parcialmente frente a la infección y la inmunidad seria de corta duración. Sin embargo, siempre es mejor tener una vacuna que funcione parcialmente a no tener ninguna. De esta forma se puede proteger a parte de la población y disminuir el ritmo de crecientes infecciones. Por otro lado, es posible que un futuro más lejano se desarrollen vacunas más complejas y con mejores resultados.
Por el momento, y mientras estamos expectantes de que la pandemia se termine, es importante recordar que es de suma importancia respetar las medidas de protección sanitaria básicas para evitar los contagios:
-Uso correcto del tapabocas (cubrir nariz, boca y mentón).
-Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o utilizar alcohol en gel o líquido.
-Mantener el distanciamiento social.
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